La gestión del tiempo después de ser madre

Siempre he considerado que soy un 50% ordenada y otro 50% desordenada.  Amo el orden, los espacios ordenados té hacen más feliz, eso es una absoluta realidad. ¿A veces se va de las manos y las cosas están desordenadas? También.  

Antes de que naciera mi hijo, esa era mi realidad. Ordenaba, al cabo de unos días desordenaba y al día siguiente lo ordenaba todo otra vez como una loca. Otra cosa por la que sufría constantemente era por administrar mal el tiempo, teniendo siempre la sensación de “¡no tengo tiempo de nada, no me da la vida, socorro!”. Desde que soy madre me río a carcajadas solo de pensarlo, y quien haya sido madre recientemente me entenderá muy bien. Ahora es una autentica carrera de obstáculos intentar llegar a todo sin tener que renunciar a demasiadas cosas que hacía antes de la llegada del bebé. Ahora veo que antes tenia todo el tiempo del mundo y que desaprovechaba gran parte de ese tiempo solo por adminístralo mal dando prioridad a cosas que en realidad no eran tan importantes, de ahí la sensación de no tener tiempo para nada… No quiero ni pensar cómo debe de ser con un segundo o un tercer hijo. La mayoría de las mujeres, cuando se convierten en madres aprenden de forma innata como gestionar el día a día, algo que, a mis ojos, es una hazaña realmente admirable.

Ahora, con el bebé, he aprendido que los momentos escasos del día en los que gozo de libertad para ocuparme de mis propios asuntos, debo aprovecharlos bien, todos y cada uno de esos minutos. Seguramente nuestra vida dará un vuelco cuando él empiece a ir al colegio, pero estando en casa con él, todo ha sido caótico durante los primeros meses. Ahora que se está a punto de cumplir un año desde su nacimiento, veo las cosas con más claridad y con todo lo aprendido por mi parte desde su llegada. Por ello doy gracias, por ese aprendizaje sobre la gestión del tiempo de la cual he sacado dos conclusiones generales:

Haz un mapa de prioridades: Este es un ejercicio diario. El tiempo no está para perderlo, elimina de tu vida las actividades que no te aporten nada, porque la vida, mientras tanto, va pasando.

Sé realista: Piensa qué puedes hacer realmente con el tiempo del que dispones y no quieras abarcar más, elimina las cosas de tu lista a las que sabes perfectamente que no vas a llegar. Mañana será otro día y podrás continuar con tus quehaceres. Piensa siempre que, lo que no te dé tiempo de hacer hoy, podrás hacerlo mañana.

LA CLAVE DE TODO

Saber siempre cual es tu prioridad más importante



-Anna-

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