¡Tercer aniversario de boda!

Este está siendo uno de los veranos más movidos de toda mi vida, sin embargo me lo estoy pasando en grande. Pero pronto os pondré al día de mis últimas novedades, ya que el protagonista del post de hoy es ¡mi tercer aniversario de boda!

Para mí el verano siempre será un motivo de celebración por muchas razones, hay varios cumpleaños en la familia en esta época pero desde hace 3 años el mes de julio aún es más especial. Han sido tres años de muchos cambios y mil situaciones agradables y no tan agradables que ha habido que afrontar y todo ello nos ha llevado hasta donde estamos hoy. Con una mudanza a nuestras espaldas y aún no estando en nuestro hogar definitivo tenemos muchos proyectos en mente para el futuro y en parte el matrimonio se ha ido fortaleciendo gracias a todas esas ilusiones y el trabajo en equipo. Nunca me ha gustado hacer gala en las redes sociales sobre cosas tan personales como el propio matrimonio, pero no puedo dejar pasar esta ocasión para recordar aquel día en que Carlos y yo nos unimos ante el mundo.

Este blog aún no había visto la luz aquel 23 de julio de 2016, por ese motivo no existe registro alguno de la preparación y las fotos definitivas de la boda, la verdad es que me hubiera encantado hacerlo por si podría servir de inspiración a todos y a todas aquellas que están organizando su boda. Por esa razón he pensado en mostraros un pedacito de aquel inolvidable día lleno de nervios y momentos repletos de sentimientos.

El día amaneció nublado. La ceremonia tendría lugar a las 6 de la tarde y todos temíamos que se pusiera a llover. Afortunadamente no fue así, durante las primeras horas de la tarde las nubes desaparecieron. Recuerdo como si fuera ayer lo nerviosa que estaba, me aterraba llegar al altar, soy tan tímida que me daba mucho apuro llegar y que todos me miraran, me moriría de vergüenza! Pero por otro lado estaba deseando ver a Carlos y darle la mano. Todo salió rodado, tal y como habíamos planeado. Apenas comí de la emoción, solo me dejé llevar y disfruté del momento.

Fue una boda sencilla, frente al mar y sin un gran número de invitados, queríamos que fuera una celebración senzilla en la que pudiéramos estar pendientes de todos nuestros invitados. Cuando cierro los ojos y pienso en aquel día, confirmo que lo volvería a hacer una y mil veces.

¡Feliz domingo!