Fin de la lactancia materna: el destete

‘Habrá tantas experiencias con el fin de la lactancia (o destete) como mamis hay en mundo, hoy quiero compartir la mía.

Pero empecemos por el principio. Ya he comentado en alguna ocasión que mi intención, antes de que naciera mi hijo, era de no darle el pecho, sin embargo, cuando nació, mi instinto me dijo que debía hacerlo y así lo hice. No obstante, el bebé no quedaba saciado y tras varios días de intentos empezamos con la lactancia mixta. Esto me generó un poco de frustración por no ser capaz de alimentar bien a mi hijo. La familia y los médicos rápidamente me quitaron esa frustración de la cabeza, pues es algo que les pasa a muchas madres. De daba el pecho varios ratos cada día y complementamos con leche de formula.

Salvo unas pocas veces que tuve dolores (esas típicas molestias de cuando el pecho está muy lleno o al poco de dar a luz, que todo está muy sensible, usé estas pezoneras de silicona) no tuve mayores complicaciones. Cuando llegó el momento de volver a trabajo intenté usar un sacaleches, pero no me fue nada bien así que lo descarté. Lo que hacía era darle el pecho justo antes de irme y se lo volvía a dar cuando llegaba a casa. Tuve suerte en este sentido ya que, si no hubiéramos hecho lactancia mixta, no hubiera tenido más remedio que buscar la manera de sacarme la leche sí o sí.

Y así seguimos mes tras mes, hasta que al final el pecho quedó reservado únicamente por las noches, el bebé se relajaba y muchas veces se quedaba dormido de ese modo.

¿Cómo iniciamos el destete?

Para empezar, debo decir que el concepto de destete nunca me ha gustado, me suena a imposición. Dadas nuestras circunstancias, las cuales os acabo de explicar, sentí que no debía imponerle a mi hijo el hecho de no darle más el pecho, quería que fuera libre de dejarlo cuando él quisiera. Creo que esto se debió al hecho de que yo también disfrutaba mucho de esos momentos, en los que estábamos él y yo y nadie más, un vínculo increíble del que yo también disfrutaba mucho. Así pues, tomada esta decisión, llegamos a los 14 meses y día cualquiera él mismo rechazó el pecho, otro día lo aceptó y la siguiente volvió a rechazarlo. Y así terminó todo, de una forma muy gradual y prácticamente sin ninguna incomodidad para mí.

Siempre se habla mucho del riesgo de sufrir mastitis, pero de esta manera tan gradual, de ir dejándolo poco a poco me ha funcionado muy bien. Han pasado 3 meses desde la ultima vez que di el fecho y ya me encuentro totalmente recuperada de las pequeñas molestias de los primeros días.

¿Cómo me sentí?

Lo que experimenté al principio, cuando el bebé empezó a rechazar el pecho fue que de alguna manera perdía ese vinculo tan fuerte que me unía a mi hijo y me entristecí. Poco después me di cuenta de que eso no tenia ningún sentido, que ya no es un bebé tan pequeño y que cada edad acarrea unas cosas u otras. Él solito decidió que esta etapa había llegado a su fin. Unos bebés lo harán antes y otros lo harán más tarde, cada uno es diferente. Yo decidí dejar que fura él quien marcara el paso y lo ha hecho muy bien. Le estoy muy agradecida por haberme regalado estos 14 meses de amor absoluto. ¡Y ahora, a por la siguiente aventura!

Como es decía al inicio, cada experiencia es diferente. Esta es la mía y espero que os haya podido ayudar de alguna manera 😊


-Anna-

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